Se me ocurren miles de ideas que van rondándome, estoy desbastada de mi misma, el pegajoso silencio del dolor me oprime y me obliga a escribir lo que en realidad debiera gritar, no sé por donde empezar, he perdido la capacidad de razocinio, me he entragado a la aventura descarada del hacer, me he retirado al lado más obscuro de mi soledad, manteniendo contacto a medias, estoy progresivamente aburrida de mi misma. Me canso de hablar conmigo misma y de inventar nuevas formas, siendo que sólo hay una, la que nunca he tomado...
Este ir y venir de encuentros y desencuentros causales, esta rabia acumulada, que sólo encuentra su materia en el llanto, este llanto peregrino de bar en bar, de pecho en pecho, de cerveza en cerveza, de ti y ya de ninguna otra...
Este cuerpo cansado del flagelo de la indiferencia...
Esta canción que se repite una y otra y otra vez en mi cabeza (por no decir corazón)
Este silencio de suspiro, de aire acondicionado... de la nada.