Me urgía el deseo inherente de escribir, buscaba de alguna u otra forma la oportunidad, el medio, el lugar, ya no quería sólo hacerlo para mí, necesitaba abrirme al mundo, el que generosamante me cobija bajo su opresión patriarcal.
Descansando en mi cama (la que extrañaba de sobremanera)pensando, sintiendo, tratando de entender, Cómo se puede caer una y otra vez en el mismo cuerpo, en el mismo abrazo? en la misma sensación?
Cuando creía que todo estaba perdido, cuando sentía que ya no habría oportunidad de volver a su aroma, de sentir_la_misma sensación, todo se transforma y es todo mejor, por un día, una tarde, tres horas. Luego, en la soledad, tratando de buscar, relacionar, me vuelven los mismos y viejos temores.
Tengo la cabeza llena de preguntas, no encuentro las respuestas.
Siento que mi corazón bombea mucho más rápido, que en este despedirse y re-encontrarse está el juego de las lágrimas, de mis lágrimas, este juego que me envuelve en su frescura, candidez, y me aprieta tanto como me abandona.
Olvídome de mi misma para volver a nacer una y otra vez bajo su pecho, ese que se intersecta justo con el mio, y que me tiene totalmente entregada.
Las preguntas nuevamente...
Sólo vislumbro preguntas, olores, situaciones, momentos... y.... todo... irremediablemente me conduce a esta vieja sensación.
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