domingo, 4 de mayo de 2008

MEMORIAS DE ANTONIA


"Es absurdo creer que el dolor constante que nos aflige se debe sólo a la casualidad, el sufrimiento no es la excepción, es la regla.

A quién podemos culpar de nuestra existencia? No al accidente del sol que nos da la vida.

Yo me acuso a mí misma, puesto que no creo en dios, ni creo que haya otra vida. Si creyera podría engañarme a mí misma, pensando que la vida promete un postre celestial, tras un indigesto plato principal.

Nunca he podido aceptar la equivocación común de pensar que todo será mejor algún día, nada será mejor, estoy convencida de que como mucho será diferente.

Ya no quiero pensar, por encima de todo no quiero pensar"


Las lágrimas brotan de vez en cuando, un poco de alcohol y música para no escuchar. Viendo esta película, me vienen miles de ideas a la cabeza, no puedo resistir el consuelo que me ofrece mi propia agonía, la idea... de ese mañana que ya no me provoca me tiene plasmada al desencanto, a la ausencia constante, voluntaria a veces, otras sin más ni menos, pasa, tal cual "accidente" de la vida, de mí vida...

Librarse de algo debe ser extraño, salir, correr, arrancar, no soportar más, como si fuese una tortura demoníaca de la vida, almas atormentadas y demonias habitan este infierno, este, que es el mundo, no el que me rodea, sino el que se ha ido inventando y lentamente desapareciendo, así de rápido ("así de sencillo"), desapareciendo: te mataré.


"Si fuera capaz de matar a alguién, te mataría, en lugar de matarte, te voy a maldecir y mi maldición te atormentará para siempre. Silencio!

Si vuelves por aquí mi maldición te matará, si vuelves por aquí alguna vez el odio que estoy incubando acabará contigo, se te romperan los huesos, la sangre se te pudrirá, la lengua te reventará de pus, si vuelves por aquí alguna vez, el agua que bebas te envenenará, la comida te gangrenará las entrañas, el aire será fuego en tus pulmones. Rogarás en vano ser liberada del horrible tormento, que será tu castigo..."

por haberme dejado.

Sola, como si nada ya importara, sólo el egoísmo y la burla de las mentiras, el muro que hemos ido construyendo y este deseo creciente de extrangular tu cuello y dormitar tras el lecho de tu muerte.

1 comentario:

Lady Vendetta dijo...

a veces quieres matar, a veces quieres morir...yo a veces quiero ambas cosas, a veces seria bueno poder quitarse las emociones como se quita uno un vestido q no le gusta...